Los cinco arbolitos centenarios de los Andes que funcionan como un radar climático planetario

En las laderas del volcán Uturuncu, en Bolivia, crecen cinco árboles centenarios que han servido a los científicos para reconstruir las lluvias del pasado. Situados en dos parches aislados de vegetación independientes a 4.650 metros de altitud, estos árboles de la especie Polylepis tarapacana —que los locales conocen como keñuas— tienen edades que oscilan entre los 500 y 700 años y han registrado en su madera los cambios pluviales en la región e información sobre cambios que se producen en océanos a miles de kilómetros de distancia. 

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