La Organización de las Naciones Unidas determinó en 1949 el 14 de febrero como el Día Mundial de la Energía, con el objetivo de promover el uso de fuentes alternativas y disminuir la utilización de energías no renovables.
A 75 años, la transición energética enfrenta varios desafíos. En el último encuentro de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) se concluyó abandonar definitivamente los combustibles fósiles para el 2050.
Por primera vez se aborda el problema del cambio climático desde el origen: los combustibles fósiles. Sucede que la transición a energías limpias no solo demanda un gran esfuerzo económico, sino también político, social y cultural. Y la complejidad es distinta en cada país.
¿Argentina está preparada para iniciar la transición energética?
En la actualidad, Europa atraviesa un grave conflicto debido a la ejecución de los acuerdos de transición energética. Ante las exigencias de efectuar acciones para enfrentar la emergencia ambiental, los agricultores reclaman que no logran cubrir los costos de producción.
Argentina se ve además tensionada por la actividad minera. Fuentes de energías limpias como el litio requieren para su explotación intensiva una gran cantidad de agua durante el proceso de extracción, esto lleva a un uso excesivo de un recurso difícilmente renovable y más aún en zonas donde escasea. Además, según la Fundación Humedales con el apoyo de la ONG Wetlands International, advierten los impactos ambientales de la explotación: salinización de suelos y humedales, contaminación de suelos con residuos peligrosos, modificación del flujo natural superficial del agua, alteración del balance hídrico y afectación de la flora autóctona.
La ciencia advierte que las olas de calor son producto del cambio climático y gran parte del problema es el uso excesivo de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) que representan más del 75 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) y casi el 90 % de todas las emisiones de dióxido de carbono. Por eso, los acuerdos internacionales buscan reemplazarlas por fuentes energéticas renovables, es decir energía solar, eólica, hidráulica, entre otras.
La consecuencia de seguir por ese camino provocará el aumento de la temperatura del planeta. Según el acuerdo de París se espera que no supere los 1,5 grados centígrados con respecto a las mediciones de la era preindustrial. Lo cual, advierten los estudios científicos, sería el límite para que las consecuencias sean irreversibles.
El problema es histórico y los países desarrollados como China, Estados Unidos, Rusia, Japón son los mayores emisores de GEI. Últimamente se sumaron a la lista India, Brasil, Indonesia y algunos más. Tan sólo diez países son responsables del 70% de las emisiones de GEI.
Corresponde analizar si, al ser un problema del planeta, le cabe a todos los países la misma responsabilidad. Argentina es el país con la deuda externa más grande de la región mientras que a nivel internacional es uno de los que menos contamina (según un estudio de la NASA). Una de las soluciones que se plantea es la del canje de deuda financiera por acción climática, dado que los elevados pagos de la deuda hacen que países de latinoamérica tengan menos recursos para enfrentar la crisis ambiental.
Un ejemplo de canje de deuda se realizó en 1987 cuando la ONG Conservation International condonó U$S 650.000 a Bolivia a cambio de proteger territorio amazónico. Acuerdos similares lograron otros países como Belice y Barbados. Aunque este tipo de acuerdos se daba por los años 80, en la actualidad varios países, entre ellos Argentina, piden su implementación.
El 2024 empezó con la reunión de líderes de distintos sectores en el Foro Económico Mundial, celebrado en Davos (Suiza) como todos los años. La transición hacia el cero neto en el uso de combustibles fósiles fue el tema central en la cuestión ambiental. La gran pregunta es: ¿Cómo financiar la transición hacia una energía limpia en los países emergentes y en desarrollo?
La situación actual en Argentina
A pocos días de iniciada su gestión, el presidente Milei anunció un DNU que impacta en forma directa en la transición energética al recortar los subsidios a las tarifas energéticas, los incentivos a las energías renovables y la minería. Además promovió la Ley de Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina que los expertos apuntan como un retroceso en materia ambiental.
La ley se debatió en diputados en sesiones extraordinarias, luego de fuertes discusiones, negociaciones y movilizaciones, obtuvo su aprobación en general pero finalmente, a la hora de votar en particular cada artículo, la ley volvió al punto inicial cuando el oficialismo entendió que la mayoría de los legisladores votaban en contra.
El Comité Solar de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), a través de su representante Marcelo Álvarez le adelantó a la agencia oficial TÉLAM que, junto a asociaciones de distribución, generación y transporte; especialistas del área energética de la Unión Industrial Argentina (UIA); y las entidades agropecuarias, presentarán en marzo un proyecto de ley de Transición Energética que pondrán a disposición del Gobierno y las fuerzas políticas con representación parlamentaria, a fin de acelerar las inversiones para cumplir con los compromisos internacionales al 2030, bajar los costos de la economía en general a partir de la limpieza de la matriz, e impulsar la creación de nuevos puestos de trabajo.
Álvarez, advirtió que si el país no encara la transición energética, corre el riesgo de enfrentarse a barreras para-arancelarias con un impacto similar al que representó la aftosa para el sector ganadero en el siglo XX, y agregó: “Habrá que ver en la práctica la negociación en el Parlamento. Creemos que, como genera empleo, baja costos y le permite al Ejecutivo de turno salir a buscar financiamiento más barato, debiera tener una oportunidad de éxito. No somos ingenuos, sabemos que hay mucho lobby, cuando uno quiere transformar una realidad afecta intereses que hoy se benefician con que la matriz sea más cara y que sea con la segmentación que tiene hoy basada en fósiles. El sector que se va a ver afectado seguramente dará batalla, pero creemos que hay una posibilidad de éxito”.
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