Cuando las manos son las que transforman: Apuntes sobre bioconstrucción

por | 03 / 04 / 24 | Artículos

Pasaron dos años desde que iniciamos la construcción de La Milenrama, en orden: cimientos, estructura, techo, piso y, finalmente, la quincha1. El esqueleto de la casa nos esperaba, junto con la cancha2 repleta de tierra y un fardo de paja. Antes, cientos de milenramas3 poblaban el terreno, de allí su nombre.

Milenrama (Achillea millefolium)


  • 1 de enero 2024: Tanteando el terreno 

Nos encontramos ante una hoja en blanco. ¿Por dónde empezar? En nuestro primer día, nos acercamos, inspeccionamos y elaboramos una lista de tareas por hacer, así como una selección de las primeras herramientas que necesitaríamos.

  • 2 de enero de 2024: Nos adentramos

Acercarse a la bioconstrucción tiene la particularidad de ser un proceso de investigación. Supone observar y analizar los elementos que habitan en el territorio: De la tierra, verificar la cantidad de arena y arcilla, armar muestras de barbotina4 y ver cómo reaccionan. De la paja, poder ver el nivel de humedad, tamizarla y cortarla para tener distintos tamaños. Algunos saberes nos vinieron de tierras jujeñas, otros de curiosear por las redes y preguntar a personas expertas. 

Ese día nos descalzamos y desde allí nuestros pies siempre tocaron al suelo. 

Algunxs de nosotrxs nos metimos en la cancha, pisamos la tierra y la mezclamos con agua, se iba armando el barro. Mientras tanto, otrxs separaban la paja del fardo, a veces a puro machetazo. De esta forma, fuimos armando los materiales y el espacio de trabajo, ahora quedaba mezclar la paja y el barro. La primera mezcla resultante sería el primer bloque de relleno para el cuerpo de la casa.

  • 3 de enero de 2024: Rellenando los muros 

La mezcla nos servía. Ahora a rellenar. Pero este proceso resulta físicamente exigente, mis manos se hincharon, lastimaron e infectaron. Nos golpeamos y quemamos con el sol. Las limitaciones físicas no podían con las ganas y casi que solo podíamos pensar/actuar conforme a la mezcla y el espacio entre las maderas, una manera de llenar el vacío y escapar también a la atmósfera política opresiva de lo que venían siendo los primeros días del gobierno de Javier Milei. 

Convivimos con mosquitos, moscas, tábanos, zánganos, abejas, hormigas, bichos bolita, arañas. De a poco me fui despojando del rechazo a los insectos.

  • 6 de enero 2024: Visitas

Durante los primeros días, una familia de aves, conocidas como ratoneras, nos mostraban sus rutinas al entrar y salir de la casa. Las ratoneras son aves pequeñas, de plumaje amarronado, muy enérgicas y escurridizas, que realizan vuelos cortos y dan pequeños saltos. Son muy comunes en la provincia de Buenos Aires y hacen nido en cualquier huequito. Su familia se unía a la nuestra, y esperábamos que los pichones pudieran desarrollarse antes de que completáramos las paredes y cerráramos la casa.  

Ratonera común (Troglodytes aedon)

  • 10 de enero de 2024: Elevar el suelo

Una casa ecológica presenta otra particularidad: el techo vivo. Este no solo es un eficaz aislante térmico y acústico, sino que también absorbe el agua y permite el desarrollo de flora y fauna nativa. El techo vivo es una elevación del suelo, soportada por palos, debajo, nosotros la habitamos. Además devolvemos al terreno la superficie que los cimientos le han quitado. 

  • 13 de enero de 2024: Aprender a volar

El cuerpo nos pide descanso, de la actividad, del sol y de los bichos. Nos refugiamos en la casa, nos preparamos unos mates, y nos sumergimos en la calma absoluta. Contemplar la estructura del techo recíproco y octogonal resulta hipnótico, nos perdemos en su laberinto. Sin embargo, también compartimos el espacio con la familia de ratoneras, observando cómo entran y salen incansablemente con alimentos para sus pichones. Nos preocupaba que no lograran desarrollarse antes de que cerráramos la casa, y evitamos perturbar el nido para no ponerlos en peligro

Ese día nos regalaron uno de los recuerdos más hermosos que vamos a vivir. Mientras los pichones intentaban volar, sus padres los guiaban con su potente canto. Aunque uno de los pichones se lanzó desde casi cuatro metros de altura no logró estabilizarse y encontró un espacio firme en las alturas de las paredes. Las aves adultas que custodiaban la hazaña, entre cantos/gritos se acercaban al pichón y con el gestos de las alas en movimientos parecían mostrarle el modo adecuado de volar. 

Era toda una revolución dentro de la casa y nosotres expectantes.

  • 15 de enero de 2024: El tiempo

Por momentos el tiempo se nos volvía absurdo, lento o rápido. 

Comenzábamos los días con algunos mensajes, de buenos días, de cansancio, con la lista de materiales, de herramientas o insumos. Enseguida arrancábamos, algunxs a preparar los materiales, otrxs hacíamos mandados. Trabajábamos todo el día hasta que el calor del verano nos expulsaba a un breve descanso, no siempre obedecimos pero  tener el mar a 15 cuadras nos ofrecía la posibilidad de darnos los mejores momentos de respiro. 

Todo lo que estaba pasando se ofrecía generoso y nos brindaba el mejor de los veranos. 

  • Manos

Nos llevó 18 días rellenar las paredes de paja y barro. Los últimos puñados de mezcla se resistieron, y durante todo el proceso sentimos que la casa no nos dejaba ir. Estamos presentes en cada pared, con nuestras manos, nuestra fuerza, nuestras ganas, deseos, abrazos y alegrías.

Hoy, alejada del trabajo manual y en la rutina anual de la ciudad de cemento, siento que se abre el mundo cuando las manos son las que transforman. 


  1.  Palabra de origen quechua que significa «pared, muro, cerco, corral, cerramiento». ​ Es un sistema constructivo tradicional, particularmente de Sudamérica y Panamá, para el que se utiliza técnicas mixtas, donde un entramado de caña, bambú, madera u otras fibras vegetales es rellenado y/o recubierto con barro para la materialización de cerramientos. ↩︎
  2. La palabra cancha es de origen quechua y deriva de «kancha», se traduce como recinto o cercado; y en bioconstrucción es el espacio donde se prepara el barro. ↩︎
  3. También conocida como perejil bravío o flor de la pluma, la Milenrama es una especie herbácea perteneciente a la familia de las compuestas (Asteraceae). Se caracteriza por unas pequeñas flores blancas las cuales se han utilizado durante siglos por sus propiedades medicinales.​ Aunque de origen euroasiático, hoy en día se encuentra en todos los continentes, ya que es una planta que se propaga muy fácilmente y se ha naturalizado en muchos sitios ↩︎
  4. La barbotina es un estado cremoso de la arcilla.
    ↩︎

Cintia Fernandez Martinez

Nació en Necochea en 1987, actualmente en La Plata. Profesora de filosofía.

Creative Commons CC BY-ND 4.0

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